El Estado y las incongruencias salariales
En toda institución pública el ingreso de una nueva persona determina la ocupación de un espacio en el territorio institucional.
Por Rubén Darío Giampaoletti
Como bien explica Hintze, en el enfoque ORH, que resulta de contemplar y analizar la organización de los recursos humanos y sus articulaciones, pueden describirse tres momentos o movimientos, que determinan la ocupación de la persona en el entramado institucional; es decir, ocupa un espacio en la estructura, en la escala de categorías y en el sistema salarial.
Una de las situaciones que plantea el ingreso de una persona a una institución constituye el derecho a percibir cierta retribución dentro de las que admita el sistema salarial vigente.
En este contexto, la premisa entonces viene dada por el punto de partida que constituye el axioma de que “a igual trabajo, en iguales condiciones, corresponde igual remuneración”. En efecto es acertado afirmar que se trata de una situación que en innumerables ocasiones no se cumple, y en este sentido nos preguntamos si se trata de una incongruencia puesto-persona negativa o positiva, y qué solución podemos establecer.
Antes de avanzar es conveniente preguntarnos cuáles son las consecuencias que pueden desplegarse ante la presencia de este tipo de incongruencia. En términos generales, el caso más común de la incongruencia negativa, constituyen situaciones en que una persona trabajadora recibe menos reconocimiento y remuneración por el trabajo que asume en relación a otra persona, y que supone una situación de inequidad, de precariedad laboral. Este escenario puede tener como corolario un sistema puesto-persona de mala calidad, que se traduce en mala calidad institucional. Sin embargo debemos enfatizar que no se trata de una regla general y aceptada, que describa y asocie la calidad institucional al régimen salarial o remunerativo.
Si nos adentramos en la definición de remuneración o salario, se trata de las compensaciones monetarias que reciben las personas. Sin embargo para abordar posibles soluciones para lo que mencionamos como incongruencia negativa debemos describir qué elementos intervienen en la remuneración o salario.
Hintze afirma que “la estructura salarial es la relación entre el criterio de jerarquización de personas vigente en un ámbito institucional determinado, como categorías escalafonarias u otros, y los montos nominales de remuneración percibidos por las personas por todo concepto”.
Una persona, además de lo que se denomina salario básico, puede recibir salarios por otros conceptos, algunos de ellos asociados a los sistemas de categorías escalafonarias y otros a diferentes situaciones personales, como por ejemplo la antigüedad, la tenencia de títulos académicos, desempeños y muchas otras situaciones; mientras que otra parte de la remuneración puede estar asociada a los puestos que ocupe en un momento determinado
En efecto se identifican remuneraciones asociadas al puesto de trabajo, y remuneraciones asociadas a las personas.
Entonces cabe preguntarnos dónde reside el origen de la incongruencia negativa. En muchas ocasiones se produce por los cambios en las formas de contratación, la asignación de valores de módulos de horas diferentes, la diferencia de estatutos entre diversos ministerios, cambios en las asignaciones presupuestarias y otros argumentos que se asocian a cuestiones políticas.
En consecuencia, en este escenario descripto, subrayo la necesidad de modernidad de los aparatos públicos institucionales, que doten de eficiencia y eficacia, y que respondan a la articulación de los diferentes sistemas puesto-persona desde una óptica de garantizar las oportunidades de desarrollo y la equidad laboral.
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