No, no es la rusa. Ni siquiera la china. La verdadera vacuna comunista es la española. Una vacuna que no puede ser comprada en el mercado por los ricos en la sanidad privada para librarse del virus y les obliga a esperar su turno.
Por Antonio Maestre - La sexta.com
Existen pocas dudas de que Isabel Díaz Ayuso es capaz de bloquear la campaña de vacunación en Madrid para poder usar la indignación ciudadana como arma arrojadiza contra el gobierno. Ya solo los fanáticos creen que la prioridad de la presidenta de la Comunidad de Madrid es la salud de los madrileños. Le importa el negocio y el poder, y la vacunación es una gran oportunidad para que siga logrando grandes beneficios. Ayuso tiene un plan, aunque muy diferente al que debiera ser un plan de vacunación que busque inmunizar a la mayor parte posible de la población lo más rápido posible para salvar la pandemia. Las muertes son una gran oportunidad.
La estrategia de Ayuso, y la de Pablo Casado que le sigue cual perrillo faldero, con las vacunas no difiere de la que ha venido siguiendo con las medidas de restricción o con la gestión sanitaria. Devaluar el sistema de salud público para privatizar servicios y culpar al gobierno central amparándose en el desconocimiento que la opinión pública tiene sobre el sistema competencial. Ayuso sabe, porque se lo dice Miguel Ángel Rodríguez, que saliendo a mentir para culpar a Pedro Sánchez de todo lo que ella hace en Madrid con la gestión sanitaria le permite eludir su responsabilidad por sus actos y penalizar al gobierno central.
La mentira es imprescindible para esta estrategia. Ana Pastor, que fue ministra de Sanidad, sabe perfectamente que la administración de la vacuna es competencia autonómica. Conoce perfectamente que el único responsable de que en Madrid solo se hayan puesto el 6% de las vacunas es el gobierno de Isabel Díaz Ayuso, y que en Asturias se haya puesto el 80% de las dosis es responsabilidad de Adrián Barbón. Claro que lo sabe, pero eso no le impide pedir explicaciones a Pedro Sánchez por el bloqueo responsable de la vacunación de Madrid con fines partidistas. Todo vale cuando se trata de poder, incluso jugar con la vida de los madrileños.
Todo son ventajas para el PP con esta estrategia de boicot a la campaña de vacunación. Se continúa la campaña de desgaste con el gobierno, que de por sí ya sería motivo suficiente.
Pero es que además se ponen los pilares para poder privatizar la gestión de las vacunas, hacer negocio con ello y poder devolver el sistema al orden natural capitalista que permita sobrevivir al que tiene dinero sin esperar esa farragosa espera que los ricos llevan eludiendo desde que sus padres les apuntaron a ese exclusivo colegio concertado. Es cierto que muere más gente y que la crisis se hace más profunda, pero son daños colaterales cuando se trata de recuperar el poder. Ni que España les importara algo.
Fuente: lasexta.com
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