La referente de Consciente Colectivo, Ariana Krochick, analizó el proyecto que ya cuenta con media sanción en el Senado nacional y que actualmente trata la Cámara de Diputados, cuyo plenario de Comisiones también lo aprobó por myoría. “Nadie quiere demonizar un producto, sino simplemente advertir”, remarcó.
El proyecto de ley de etiquetado frontal de alimentos, ya tiene media sanción del Senado de la Nación, y la aprobación del plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, que le dio el visto bueno por mayoría.
De acuerdo con criterios basados en el "Perfil de Nutrientes de la OPS”, la normativa busca “prevenir la malnutrición en la población” y cuyo principal objetivo es dejar a la vista de los consumidores la presencia en alimentos y bebidas de altos niveles de los denominados "nutrientes críticos", como grasas totales, grasas saturadas, sodio, azúcares y/o calorías”.
De convertirse en ley, la nueva normativa indica que los productos que sobrepasen los límites fijados deberán tener en el frente de sus envases una etiqueta octogonal negra, con borde y letras de color blanco, que advierta sobre el exceso del nutriente crítico que corresponda en cada caso.
En comunicación con Radio Universidad de la UNLaM, Ariana Krochick, referente de Consciente Colectivo, una de las organizaciones que respalda la naciente norma, detalló los alcances del proyecto: “Hoy, en el dorso de los productos ultraprocesados, que son los que están en juego en este momento, tenemos información nutricional que solamente el trece por ciento de los argentinos sabe leer. Justamente, lo que viene a traer esta ley, como uno de los puntos más conocidos, es el de etiquetado frontal, que significa que se etiquetarán con sellos de advertencia, con octógonos negros, todos aquellos productos que tengan exceso de nutrientes críticos”.
“¿Qué quiere decir exceso de nutrientes críticos? Son, por ejemplo los azúcares, el sodio, las calorías, las grasas totales y saturadas, que son las principales causantes de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes, la hipertensión arterial, que muchas personas padecen, o padecemos. Una bebida cola tiene, por ejemplo, exceso de azúcar. Obviamente, las que dicen ‘sin azúcar’ o ‘light’ tienen otros excesos, donde reemplazan, por ejemplo, el azúcar por el edulcorante, que también está incluido en este proyecto, así como la cafeína, que en vez de decir ‘exceso de’ diría, por ejemplo, ‘contiene cafeína, no recomendado para niños’, porque claramente estarían alterando ciertas composiciones naturales. Entonces, uno de los puntos es el etiquetado”, explicó.
Advertencia a los consumidores
En este punto, Krochick enfatizó: “Nadie está queriendo demonizar un producto, como el azúcar o el que fuera. Simplemente, se busca advertir a los consumidores de que estos productos van a tener un exceso. De esta manera (con la nueva ley), vamos a poder decidir (mejor) qué consumir. También es un aliento a la industria para que modifiquen la composición de sus productos y empiecen a vender alimentos saludables”.
Pero el proyecto tiene otros aspectos a tener en cuenta, que la referente señaló: “Otro de los puntos que tratará esta ley es la publicidad engañosa dirigida a niños y adolescentes. También está el tema de los entornos escolares: que no puedan ingresar a las escuelas los productos que tengan al menos uno de estos sellos, para que los chicos tengan allí un abanico de productos más saludables en vez de comprar, por ejemplo, una bebida azucarada”.
Alimentos ultraprocesados
“Lo que está en juego son los alimentos ultraprocesados. Hay bebidas con las cuales pensamos que estamos tomando un jugo de naranja y, en realidad, lo que menos tienen es jugo de naranja, porque están ultraprocesados con un montón de aditivos, conservantes que hacen que deje de ser un alimento y pase a ser un alimento comestible”, diferenció la referente de Consciente Colectivo. Por último, transmitió tranquilidad a los consumidores en general:
“Es importante decir que nadie nos va a prohibir consumir esas comidas, sino que simplemente nos van a advertir. Es lo mismo que lo que pasó con el tabaco: hoy nadie te dice ‘Vos no podés consumir un cigarrillo’, sino que, simplemente, cuando vas a comprar un paquete de cigarrillos, tenés una advertencia de que eso que estás comprando te puede llegar a causar una enfermedad”.
Fuente: infoGEI
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